Los objetivos principales de una puesta a tierra son: Permitir la conducción a tierra de cargas estáticas o descargas eléctricas atmosféricas, limitar a niveles seguros los valores de la tensión a tierra de equipos o estructuras accidentalmente energizados y mantener en valores determinados la tensión fase–tierra de sistemas eléctricos, fijando los niveles de aislamiento, limitar las tensiones debidas a maniobras, limitar la tensión debida a contacto no intencional con sistemas de mayor tensión y permitir a los equipos de protección aislar rápidamente las fallas.